Volar...
...para encontrar furioso el mar de nuestra
poesía... Si mí en tú y ti en yo, ¿no es perfecta la elipse de nuestro afecto?
No gramaticalmente, claro. Lo más hermoso de tu sonrisa es que cuando quiero
mirarla por segunda vez, ya es otra distinta. Odio mi cara de gato, si es la
única con la que me sé enfadar, odio que mi silencio refleje tu rabia, en el
enorme frío que nos separaba. Se aturdían mis sentidos ante la distancia
insalvable de una mesa, que crujía bajo el peso de iracundas miradas a
cualquier parte.
Duerme conmigo en mi viaje al
revés, para despertar a mi lado en mi pasado, como futuro en mi presente, sobre
mí, si es en nuestra cama. Recuesta en mi pecho todo el vendaval y besa mi
llanto con tu dulzura, bajo una manta roja que me proteja de mi mirada ante mí
mismo, de tu mirada ante tus piernas, que finja dos islas unidas por los
kilómetros de mi lengua, en el falso vacío de las luces apagadas, en su falsa
seguridad. Nos quiero, y esta noche, nos echo de menos, princesa.
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