miércoles, 20 de enero de 2021

Carne y Acero

Volad, alas de tempestad, alas de acero y de carne, sobre la ventisca y la borrasca y las nubes negras de aterrador vendaval Quiza la dura tormenta, os obligue a virar de vuestra ruta, a girar a otros compases, a bailar humilladas cubiertas de lodo y suciedad. Quiza perdais de vista vuestro camino, cegadas por el humo, ensordecidas por el rugido de los elementos. Quiza os atrape el momento, os aprese la dificultad, os hiele los huesos algún temporal. Recordad que no hay cadena que el tiempo no oxide, ni voluntad que os pueda quebrar. Acero y carne orgullosos, forjados en la hoguera que oigo en mi pecho crepitar. Fundidos a golpes de apnea, batiendo valientes os oigo aletear. Volad, alas de fuego, alas de ceniza gris, plumas de azahar. Haced frente al destino, que mi trino al trueno ha de postrar. Volad con las lágrimas mías, sobre los senderos de sangre y sudor que dejo al pasar. Volad libres, que yo os abro paso por las ciénagas de umbría, por las zarzas y prisiones que hayáis de atravesar. Que la libertad se gana palmo a palmo y se conserva aún con mayor dificultad. Hoy mis costillas protegen una hoguera furiosa, brilla alta, serpiente de brasa inextinguible, que mientras tengas propósito, ni mil suelas te podrán apagar.