jueves, 29 de octubre de 2015

Dolor, placer, vacío



DOLOR, PLACER, VACÍO

Busco el rastro en tus ojos,
la huella de la loba feroz
que me alimenta con el óxido efímero,
el sabor herrumbroso de la sangre.

Gota a gota, comienza a chispear.
La rabia, el latido, las distancias atrapadas.
Un baile ritual para invocar la lluvia,
nuestros más salvajes demonios.

El primer fogonazo en el cielo,
blanca ceguera, vacío de realidad,
ahoga por un instante el sonido,
me hundo en su frío silencio.

El trueno, tus colmillos de fiera,
el caos explosivo, destruyendo la nada.
Todos mis sentidos se abalanzan sobre mis restos,
y la furia, carmesí, me quema en los ojos.

Dolor, placer, vacío.
Calor, inconsciencia.
Ahora es mi cuerpo
el que reclama tu sangre.

Y al dominar con mi peso tu huida,
al forzar a tu cuello de cisne a exponerse,
al aplastar con mi lengua hambrienta
tu pulso acelerado contra tu piel.

Miedo, expectación, poder,
un hálito de realidad
impregna con su olor a vida
cada latido ardiente de este momento.

Un espasmo recubre mi cuerpo de llamas,
la presión de mi dentellada es euforia,
y tu gemido bajo, dolorido, placentero,
es la nube que desata la tempestad.

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