Sucede que cuando se habla de un Artista, se le suele considerar también Autor de la Obra, dando por hecho que la misma ha nacido y crecido en su persona.
Personalmente, me considero un padre adoptivo de "mi" Obra, ya que florece por mi mano, a veces sin rozar mis pensamientos, pero no tengo ni idea de su origen. Soy, así, un Transmisor del Arte, que la Belleza a veces escoge (imagino que con cuidado científico) como lupa, para dar el enfoque más adecuado a las ideas que quiere hacernos llegar.
Agradecido como estoy por ser una ventana para Las Musas, siento que tengo el privilegio de conocer e interactuar con mi alrededor bajo una visión poética, y el deber moral para con el Universo de compartir esta perspectiva.
Espero que disfrutéis la traducción que trato de hacer con todo mi empeño, del mundo de la luz muda y la extasiada contemplación, a la burda escritura y las reglas de la gramática.
Los labios del Mistral, viento del Noroeste, me han susurrado al oído las siguientes palabras:
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