martes, 15 de septiembre de 2015

El hombre del Faro



El hombre del Faro

A veces odio la luz que construyo.
Solo soy un pequeño faro perdido
en medio de un océano inmenso,
intentando alumbrar las lágrimas
de algún niño que llora de miedo
en la oscuridad sin estrellas ni luna,
tan solo vivo para dar lumbre y refugio
a algún caminante fatigado
que necesita fuerzas para seguir.

Pero muchas veces alumbro peces
ciegos de blancos ojos muertos y fríos,
habitantes inmemoriales de la oscuridad.
Y muchas otras veces, mi luz, más que alumbrar,
quema algún corazón que tiritaba helado,
que solo necesitaba una chispa para arder.

27/8/2012 ArGoS 

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