TRÍADA
Dos almas viejas, arrebujadas
Dos almas viejas, arrebujadas
sobre dos sillas de madera.
Un sol de oro fundido,
dorando a espigas los trazos
relajados de la mar.
Una musa para dos poetas,
atardece en Galicia,
fresco el estío, y el cielo
se desviste del fulgor,
quedando desnudo ante
nuestra mirada deslumbrada.
Con rubor silvestre, las nubes
cierran las bambalinas ante los dos
peregrinos, que saborean en silencio
la muerte de una estrella.
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