viernes, 6 de noviembre de 2015

Paradoja de libertad



Al ser más tuyo que mío,
no soy más que lo que quieras hacer de mí.
Mi cielo está donde empieza tu suelo,
y mi libertad, a tus pies,
donde estallan los grilletes de mi orgullo
y dignidad, al complacer tus caprichos.

Nada. Soy un ente sin rostro,
que ve en tus ojos prisionera su imagen.
La abolición de mi historia y de mis sueños,
cuando en vez de “ser”, solo “estoy”,
y muero cada vez que resucito, raptada mi identidad.

Vacío. De pensamientos, de deseos, de miedos.
Al fin, vida pura, liberada de mi tiranía,
libre mi cuerpo del peso de mi alma.
Romper conmigo mismo. Mis ruinas, de rodillas,
se inundan al adorarte, cuando tu voluntad llena
de sentido mi presente, lo único que me queda.

La paz es bailar bajo los tormentos de tu tormenta.

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