lunes, 8 de septiembre de 2025
Mapas incompletos
Y de pronto vas al colegio tú sola, y yo recojo hierbabuena a la orilla de un riachuelo.
Tú juegas a juegos vedados a mi vista, con una amiga nueva en una casa desconocida.
Yo, de madrugada, regreso de adorar a una diosa pantera sobre su altar de cáñamo y marfil.
Y me pilla por sorpresa una sonrisa, una pelea de almohadas, informal, o un "para-pared" (más formal), mientras resuenan en mis oídos tambores de libertad que creía enterrados para siempre en el santuario que te construí con mis huesos.
Tambores lejanos que me llaman como siempre me llamaron, y cuyos ecos ahora me veo persiguiendo en medio de la noche, por el monte, bajo una luna llena de expectativas, y como si fuera un sueño, a tu lado.
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